viernes, 29 de agosto de 2014

Narrativa colombiana del siglo XX - 8º grado



Narrativa colombiana del siglo XX (8º grado)

Durante el siglo XX hubo un florecimiento de la novela en Colombia, desde la publicación de las novelas del Realismo Social y lo telúrico La vorágine (1924) de José Eustasio Rivera y Toá, narraciones de caucherías (1933) de César Uribe Piedrahita. Se destaca también la novela Cuatro años a bordo de mí mismo (1932), de Eduardo Zalamea Borda, en la que el narrador analiza sus reacciones sensoriales y sensuales durante un viaje por la Costa.

Contexto histórico
·                 Situaciones injustas en las caucherías y zonas bananeras.
·                 Luchas partidistas por el poder entre conservadores y liberales.
·                 Asesinato de Jorge Eliécer Gaitán (9-Abr.-1949) que inicia el período de “La violencia”.
·                 Dictadura del general Gustavo Roja Pinilla (1953-1957).
·                 1955 Se inician las transmisiones de televisión en Colombia.
·                 Frente Nacional (1958-1974): acuerdo entre liberales y conservadores para alternarse en
el poder.
·                 1960 Influencia ideológica de la Revolución Cubana (Fidel Castro).
·                 1970-1990…  Apogeo del narcotráfico.
·                 1990… Violencia paramilitar y guerrillera.

Hacia mediados del siglo XX,  se publican novelas y cuentos que inician una etapa destacada en la producción literaria en el género narrativo. Se destacan las novelas La hojarasca (1955), de Gabriel García Márquez y La casa grande (1962), de Álvaro Cepeda Samudio. La mezcla de rasgos realistas y fantásticos hace que la crítica establezca una tendencia o movimiento hispanoamericano llamado Realismo Mágico.

Características
·                 Integración de lo real y lo fantástico (Realismo Mágico).
·                 Experimentación con técnicas narrativas novedosas; por ejemplo, los eventos se narran
con retrocesos y adelantos, en vez de argumentos lineales; los narradores múltiples.
·                 Personajes comunes y corrientes reemplazan a los héroes y heroínas.
·                 Se escribe para un lector más activo. Lo silencios o lagunas obligan al lector a desentrañar
            la trama, a terminar de construir los textos.

Autores representativos

Eduardo Zalamea Borda (Bogotá, 1907-1963) Cuatro años a bordo de mí mismo (1934)*
Eduardo Caballero Calderón (Bogotá, 1910-1993). Ciervo sin tierra (1955), El Cristo de espaldas.
Manuel Mejía Vallejo (Jericó, Ant. 1923-1998).  El día señalado.
Manuel Zapata Olivella (Lorica, Cor. 1920-2004). Chambacú, corral de negros (1963), Changó, el Gran Putas (1983)
Fernando Soto Aparicio (Soca, Boy. 1928- ). La rebelión de las ratas.
Gabriel García Márquez (Aracataca, Mag. 1928-2014). Premio Nobel 1982. Crónica de una muerte anunciada.
Álvaro Cepeda Samudio (Barranquilla, 1926 – NY, 1972). La casa grande (1962).
Gustavo Álvarez Gardeazábal (Tuluá, Valle, 1945) Cóndores no entierran todos los días.
Andrés Caicedo (Cali, 1951-1977) ¡Qué viva la música! (1977).
Fanny Buitrago (Barranquilla, 1945-) Bahía Sonora, El hostigante verano de los dioses.
Alba Lucía Ángel (Pereira, 1939- ) Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón.
Hernando Téllez (Bogotá, 1908-1966). Periodista, cuentista. Espuma y nada más (1977)

* Entre paréntesis, el año en que se publicó por primera vez la obra.

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